Agus
Los primeros días de clase siempre son bastante caóticos. Volvíamos alterados de las vacaciones, el calor aceleraba las hormonas; y todo eso empeorado por ser el último año.
Era viernes, última hora, todos boludeando a pesar que la profesora estaba en el aula. Yo me sentaba atrás de todo, aunque no era de hacer lio, si de hablar con mis amigas o boludear bastante.
Entre tanto aburrimiento, esperando la hora para salir, siento a mi lado como los chicos estaban hablando en voz baja y riéndose. Cuando miro para el costado, veo que Martín se estaba marcando la pija en el jogging. Amo esos joggings que les marca bien el bulto. Pero el pibe tenía la pija bien parada y se la estaba agarrando, marcando un pedazo de pija bien ancho.
Quedé hipnotizada mirándole el bulto a mi compañero, hasta que siento que uno dice "Uhh mirá la carita de Agus, parece que le gusta, Tincho". Se rieron todos, mientras yo seguía con la vista fija en la pija de Martín. "Te gusta Agus" me decía mientras se la acariciaba por encima del pantalón, marcando el largo del tronco.
Me sonreí y miré hacia el pizarrón, como restándole importancia. Pero lo único que tenía en la cabeza era el bulto de mi compañero. Cuando terminó el día, como todos los viernes, nos fuimos a la casa de Seba a pasar la tarde. En ese entonces, Juli estaba "saliendo" con Seba. Además de nosotros 3, se sumó Martín (el del pijón) y Maxi.
Después de comer, nos pusimos a hablar al pedo un rato, hasta que Seba cambió totalmente de tema
- Hoy Agus le miró el bulto al Tincho toda la clase
- Pará! toda la clase no!- dije yo, asumiendo que el hecho era cierto. Juli se empezó a reír
- Bueno, pero queremos saber: te gustó lo que viste?- me preguntó Maxi.
- Qué no le va a gustar!!! se le iban los ojitos! - dijo Seba, seguido por una risa generalizada.
- Qué puta sos amiga! - me decía entre risas Juli. Yo estaba que me moría de la vergüenza.
De la nada, Martín se paró y se agarró la pija por encima del jogging haciendo notar más su erección.
- Toda tuya - decía Martín mientras se la acariciaba y el resto de los chicos lo alentaba.
- Parece que viviste a pajas todo el verano, estás muy calentito, no la pusiste nunca? - le dije queriéndome hacer la superada, aunque no podía sacar la vista de su verga. Ahora los aplausos fueron para mi lado.
- Al contrario, la puse pero me da más ganas de coger - Martín se sentó y yo pude mover la vista para otro lado.
- Agus - interrumpió Seba, el dueño de casa - dejate de joder, no le podías sacar los ojos a la pija de Tincho. Allá está mi habitación, vayan un rato y saquensé las ganas no jodan!
Los cuatro empezaron a aplaudir para que vayamos a la habitación. Hasta mi amiga me decía que vaya. Sin decir nada, me paré y me fui sola para la habitación de Seba. Martín tardó un rato en reaccionar, hasta que se paró y se vino corriendo atrás mío.
Cuando entramos, él cerró la puerta. Yo me senté en la cama. Martín caminó despacio hacia donde yo estaba, marcándose la pija en el jogging. Me mordí los labios, imaginando el pedazo de carne que me iba a comer. "Te gusta mi pija", me decía mientras se acercaba. "Es muy ancha" le respondí tocándosela por encima del pantalón.
De un golpe le saqué jogging y boxer. Se los bajé hasta las rodillas, dejando la pija moviéndose delante de mi cara. De largo era más chica de lo que pensaba, pero de ancho era un monstruo. Cuando la agarré con la mano, no llegaba a tocarme la punta de los dedos. Le tocaba los huevos, mientras lo pajeaba. Luego, empecé con la lengua. Desde abajo, hasta arriba.
Abrí grande mi boca y me metí la cabeza de su pija. Jugué un rato con la lengua, acostumbrando a mis labios a semejante pijón. Tenía que estirar mucho la boca para permitirle entrar. La salivé lo más que pude, aunque sabía que no iba a ser capaz de meterla toda en la boca.
Por más que intentaba, no me entraba más de la mitad. Aunque Martín parecía disfrutar el pete, yo quería más. Hice un último intento, pero al meterla más adentro casi vomito todo. "Pará boluda, me vas a vomitar la chota", me dijo cuando me la saqué de golpe y me tiré en la cama a toser.
Tincho se tiró encima mío y empezó a desvestirme. Me manoseó toda, hasta dejarme totalmente desnuda. Apoyó su pija en mi concha, que ya estaba mojadísima, y la rozaba mientras me besaba. Yo gemía desesperada.
Empezó a bajar con su boca, besándome el cuello, las tetas, la panza. Cuando llegó a mi conchita, empezó a pasarle la lengua. Primero eran pequeños roces, luego le daba con más ganas. A pesar que le ponía onda, realmente me la chupaba mal. Me la estaba re secando.
Así que lo agarré y le dije "COGEME". El pibe apuntó la pija en mi concha que ya no estaba mojada como antes, así que costó al principio meter ese pijón bien grueso.
Una vez que pasó la mitad de la pija me relajé y empecé a disfrutar. Martín se movía, cada vez más rápido. "Aaayyy me vas a matar... me vas a matar!!". Sentía que me iba a partir al medio con semejante verga.
Me dio vuelta y me puso en 4. Yo levanté la cola y sentí como me apoyaba la pija entre los cachetes. Empecé a moverme, pajeandolo entre mis nalgas. Me agarró de la cintura para que me detuviera y agarrando su pija con una mano empezó a buscar mi conchita, que ya estaba bien abierta. Sin problemas se enterró hasta el fondo.
Me pegó un garche tan violento y salvaje que parecía íbamos a romper la cama. Yo no podía dejar de gemir y gritarle que me diera más fuerte. De golpe se detuvo. No le daban más las piernas. Lo acosté en la cama y me subí arriba. Agarré la pija y me la enterré hasta el fondo. "AAahhhh como me gusta tu pija!!" gritaba mientras cabalgaba cada vez con más ganas.
Empecé a mover mis caderas, haciendo salir la verga y volviéndola a meter. Tincho me pidió que no lo hiciera, porque estaba por acabar. No me importaba. Me moví un par de veces más y me di cuenta que no daba más por las caritas que ponía. Se notaba que quería hacer fuerza para no acabar, pero no aguantó. Me seguí moviendo un rato, aún sentía la pija dura, pero él me sacó a un costado cuando ya la tenía flácida.
Yo seguía re caliente. Le agarré la pija semiparada y se la empecé a chupar, limpiando toda la leche que aun le chorreaba por la puntita. Me cambié y salí de la habitación, dejándolo a Martín tirado en la cama. Cuando pasé por al lado de otra de las habitaciones, sentí los ruidos inconfundibles del sexo. Seguramente, Seba se la estaba cogiendo a mi amiga.
Llegué al comedor, donde estaba Maxi. "Se escuchaban tus gritos desde acá" me dijo riendose. Estuvimos un rato charlando; si me gustó, si me dolió, la cuestión es que yo me había quedado muy caliente. Encima, ahora se escuchaba a mi amiga desde la otra habitación.
No hablamos mucho más. Terminé arrodillada delante de la silla de Maxi que ya tenía la pija afuera. Le pegué una chupada de pija desesperada, como si mi vida dependiera de eso. Estaba re alzada. Me sacó la remera y me empezó a manosear las tetas mientras yo seguía peteando.
Cuando nos estábamos levantando para ir a la habitación de Seba, apareció Tincho que no podía creer lo que estaba pasando. Cuando lo cruzamos, lo agarré del brazo para que nos acompañe. Cuando entramos, me tiraron en la cama y me dejaron desnuda nuevamente.
Maxi abrió mis piernas y fue derecho a chuparme la concha. Martín se paró al costado de la cama con su pija en mi cara. Maxi si que la chupaba bien. Con una mano le agarré la cabeza apretándolo contra mi concha, y con la otra agarré la pija de Martín para petear un rato.
Tincho me la clavaba sin asco ni piedad hasta la garganta. Su pijón ahogaba los gritos y gemidos por la chupada de Maxi. Con la calentura acumulada que tenía, no tardé en acabar. Mi cuerpo tembló, me saqué la pija de la boca para liberar un grito de placer. Maxi se detuvo y pasó sus dedos por mi concha. "Mirá como acaba esta putita" le decía a su amigo, mostrándole mis jugos desparramados en sus dedos.
Martín lo corrió, se acomodó entre mis piernas y apuntando la pija me la clavó. "Aaay siiii" grité cuando la sentí al fondo. Se movía cada vez más rápido. Me di vuelta y me puse en 4. Martín me taladraba la concha, mientras Maxi me daba pija en la boca.
"Que bien que la chupas", me decía Maxi mientras mi nariz chocaba contra su abdomen de tan adentro que la tenía. "Mirá esto", le dice Martín saliendo de adentro mio. Me agarró la cabeza y me puso la pija en la boca. Empezó a empujar para que me la metiera más adentro. Quería mostrarle al amigo hasta donde daba mi garganta.
Cuando la sentí bien al fondo, me detuve, le saqué la mano de mi cabeza, tomé aire y traté de meterla más. Sentía las lágrimas caer de mis ojos, pero aguanté un rato. Hasta que no pude más y lo empujé para afuera.
Empecé a toser y llorar. "Terribleee!", gritaron los dos al mismo tiempo. Maxi me puso boca arriba y empezó a cogerme con bronca "por puta", me gritaba con cada embestida. Martín volvió a meterme la pija en la boca. Me metió la puntita, y él se pajeaba entre mis labios. "Acabá acá", le dije tocandome las tetas cuando noté que era inevitable el lechazo.
Se arrodilló al lado mío y apuntó la verga sobre mis tetas. Casi al instante empezó a tirar chorros de leche que me bañaron toda. Volvió a ponerme la pija en la boca, y se la dejé limpia y dormida.
Maxi tampoco podía aguantar más. Se paró a la altura de mi cabeza y se empezó a pajear en mi cara. "Tragate la leche", me pidió mientras aceleraba el ritmo de la paja. Acepté con la condición que después me la chupara y me hiciera acabar de nuevo.
Apoyó la pija en mi boca. Metí la puntita y mientras él se pajeaba yo le rozaba con la lengua la cabeza. Cuando sentí el primer chorro de leche en la boca, cerré mis labios dejando que se chorreara por toda mi cara. Abría un poco la boca, tragaba un poco y volvía a dejar salir todo. Me quedó la cara toda chorreada.
Luego, Maxi se fue a cumplir su promesa y empezó a chuparmela. Le pedí que me metiera un dedo en la concha. Cuando sentí la puntita adentro, se me estremeció todo el cuerpo y al rato ya estaba convulsionando con una acabada fenomenal. "Como acaba esta hija de puta!!! se me paró de nuevo" decía Maxi mientras se pajeaba.
Lo agarré, lo tiré en la cama y me senté arriba. Cuando me empecé a mover, me pidió que vaya más despacio. Martín se empezó a reir. "Olvidate, es una bomba como se mueve, acabás al toque". Tincho no perdió el tiempo y me puso la pija en la boca, mientras yo seguía cabalgando.
Maxi empezó a gritar que ya acababa. Yo estaba a punto de acabar también. "Ahora nooo" le grité con bronca, pero no aguantó. Me levanté y lo moví a un costado. Agarré a Martín y lo puse en la cama. "Pará loca!" me gritaban riéndose. Agarré su pija y me senté arriba. Otra vez empecé a moverme levantando mis caderas y bajando con fuerza. "Ahiiiiiiii" grité desencajada cuando acabé.
El pobre pibe tampoco aguantó mucho más. Me seguí moviendo hasta que me frenó y me tiró en la cama. Sin darnos cuenta, habíamos estado casi toda la tarde garchando. Después de calmarnos y limpiarnos, cada uno volvió a su casa.
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